lunes, 25 de noviembre de 2013

La esencia de la vergüenza.





La vergüenza tal como la conocemos es el sentimiento causado ante la expectativa de una situación embarazosa, o miedo al rechazo. Todos alguna vez en nuestra vida lo hemos vivido y no es que sea una experiencia agradable.


En mi caso me considero una persona poco vergonzosa. Así que cuando me enteré del proyecto de Zafra, el cual consistía en ir disfrazados al instituto de manera que no coincidieran dos personas el mismo día, no me asustó para nada esta idea, es más, no me pensé dos veces el participar.

Al pasar los días y ver al resto de compañeros disfrazarse más ganas tenía de que llegase mi día anteriormente asignado. Los disfraces estaban bastante trabajados y más me hacía pensar que disfraz llevar para no hacer demasiado el ridículo pero a la vez causar impacto. Poco a poco se notaban más los nervios.


Encontré el disfraz idóneo, me lo probé una y otra vez, pero no sentí realmente nervios hasta el dia de antes, que estuve apunto de cambiarlo. Mi madre y mi hermana me lo impidieron diciendo que si cambiaba de disfraz no sentiría realmente vergüenza y que tenía que afrontar este reto.

Llegó el día y me apresuré en vestirme, al salir de casa se me pasó por la mente unas veinte veces cambiarme, pero contando tres salí disparada y cerré la puerta. No había vuelta atrás. Me consolaba un poco el saber que debajo de mi casa me esperaba una galleta que "necesitaba mojar", Álvaro tambien se disfrazaba ese día.

Pisando la calle allá a las ocho y veinte de la mañana de un viernes fue cuando realmente viví la experiencia mientras los coches frenaban para poder observarnos con más deteniminento, algunos sonreían, otros no se lo creían e incluso otros ponían cara de asco. En eso consistió mi día, en disfrutar viendo la reacción de las personas al verme, los comentarios que hacian e incluso las conclusiones de que se trataba mi disfraz.

Tuve una mezcla de sensaciones a lo largo del día, pude experimentar miradas clavadas en mi, algunas indiferentes, pero es aquí donde quiero hablar sobre el efecto que hace este sentimiento dependiendo de la persona a la que estás expuesta. Es más a veces me sentía mas cómoda delante de gente que no conocía que de mis propios amigos, esto me hizo pensar si es que era falta de confianza con ellos, pero llegué a la conclusión de que se debía a que realmente me importaba mucho más lo que pudieran pensar ellos sobre mi que los desconocidos e indiferentes para mi.

En definitiva me encantaría volver a repetir estas sensaciones y para ello debo experimentar nuevas cosas en mi vida sin darle tanta importancia a lo que piensen de mi, o que imagen puedo dar puesto que las primeras impresiones no son definitivas.



3 comentarios:

  1. ¡Hola vecina! Al leer tu artículo me he acordado del aquel día, de aquel quince de noviembre y creo que tú al igual que yo nos lo pasamos muy bien esa mañana, sobre todo cuando llamaste a mi puerta y viste mi disfraz y a esa galleta que necesitaba mojar, los dos nos empezamos a reír, quizás fue el uno del otro por las pintas que llevábamos.. Me ha echo mucha gracia esa frase que has puesto.. ``''Me consolaba un poco el saber que debajo de mi casa me esperaba una galleta que "necesitaba mojar"´´.
    Y como dices ahí en tu entrada aun recuerdo los coches que se pararon delante nuestra y nos miraban y seguían para delante u otros que se reían con todo el descaro así sin mas. Me gustó mucho compartir mi experiencia contigo, y la volvería a repetir una y otra vez.

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  2. Cuando he leído tu artículo, he pensado que no te tiene que importar lo que te digan los demás porque mientras seas tu mismo, nada ni nadie te puede pararte, nadie puede criticar como eres, porque cada uno es único, tiene derecho a ser como el o ella quieran, que si se ríen o hablan a las espaldas puede ser por dos razones, o que te tienen envidia, o que no saben lo que es el respeto, ya que cada uno es libre de hacer y decir lo que quiera.
    Pd: te quiero fea:P

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  3. Al leer tu artículo me he dado cuenta de que no todo el mundo llevó a cabo esta actividad de la misma forma. Primero que nada tengo que decir que me encanta el disfraz, no sé por qué será... jajaja. También me ha llamado mucho la atención cuando dices que a veces nos sentimos menos avergonzados delante de gente que no conocemos que delante de gente con la que tenemos confianza, puesto que no me lo había planteado nunca y tienes mucha razón.

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